Purrusalda   Leave a comment

Esta no es una receta clásica de purrusalda, sino una reducción que resulta muy fácil de hacer y está buenísima.

En un cacharro (mejor más ancho que alto) se rehoga durante un rato media cebolla y bastante puerro, todo picado. Cuando aquello se ha hecho algo se añaden unas patatas cortadas en dados como las que se usan para hacer una tortilla (o mejor un poco más grandes). Se les da un par de vueltas para que se impregnen del aceite y se añade un trozo de bacalao desalado picado en trocitos; también se puede hacer con migas de este pescado, que se desalan muy rápidamente si se las pasa por agua caliente.

Se añade agua (o caldo, si se tiene, de verduras o carne o lo que sea; incluso de pescado) y se deja cocer un cuarto de hora o hasta que las patatas estén hechas.

Y esto es todo: debe quedar con suficiente líquido, pues es como una sopa, aunque no muy clara, y resulta buenísima como primer plato o para cenar. Es una cosa muy sana y sienta muy bien, de forma que se la recomiendo a todo el mundo.

Ahora, con fotos:

Se «pocha» un poco de cebolla y bastante puerro picado.

Se deja que se haga un rato

Se añaden unas patatas y se rehogan en el guiso

Se añaden entonces unos trocitos de bacalao, y se da una vuelta al conjunto

Se echa agua y se deja cocer unos 20 minutos

Así debe quedar, más o menos

Publicado 7 May, 2011 por Camargo Rain en Alimentos y bebidas

Etiquetado con , , ,

Fotos y más fotos   Leave a comment

Esto, aunque no lo parezca, es una foto -o una imagen derivada de una foto-, y es una de las que salen en una especie de vídeo clip que me he sacado de la manga para que la gente vea las fotos que hago durante los últimos tiempos, algunas (como la de arriba) bastante raras, aunque hay otras más normales. Además, le he puesto una música abracadabrante para que no fuera la cosa tan viuda…

El enlace en cuestión es este:

Fotos fotos (3’46»)



Y para que se vea que la imagen en origen era una foto, que seguramente alguno no se lo creerá, ahí va la original:

Publicado 27 marzo, 2011 por Camargo Rain en Fotografía y películas

Etiquetado con , , , ,

El siglo XX español en fotos   Leave a comment

Después de darle muchas vueltas (y lo que queda, pues falta muchísimo retoque) he colocado una página nueva en internet. Se trata de una recopilación de fotos hechas por mi abuelo, mi padre y yo. Entre los tres cubrimos el siglo entero, y me ha parecido que a alguien podría interesarle verlas. A guisa de explicación, copio alguna cosa que allí se dice:

Estas fotos no son nada del otro mundo (no aparecen en ellas personajes famosos, ni las situaciones que pintan han pasado a la historia), sino que más bien se trata de una recopilación de fotografías cotidianas (podríamos decirlo así) que describen unos tiempos en que semejante afición no era tan común como lo es hoy. Me imagino, sin embargo, que pese a su fragmentario estado y enormes lagunas, constituyen un mínimo retrato de cómo, en líneas generales, fueron las cosas durante los años que digo, algunos ya muy lejanos (etc.).


El enlace para verlo es:

El siglo XX español en fotos

Publicado 6 marzo, 2011 por Camargo Rain en Fotografía y películas

Etiquetado con , , ,

Exposición fotográfica el día de los Inocentes   Leave a comment

Aprovechando la Navidad, y el día de los Inocentes, he hecho una exposición en un bar de mi pueblo. Eran 126 fotos, casi todo retratos, algunos antiguos –que es lo único que se vende–, y para que los interesados en esto de la fotografía se ilustren acerca de cómo fue la cosa, aquí debajo pongo algunas.

 

Vida de un escritor   Leave a comment

 

Mi más que modesta carrera literaria es como la de tantos otros. Durante largo tiempo escribí aquí y allá: en los blocs del colegio, en los márgenes de los libros, en cuartillas de tela, en las paredes… Luego las cartas a las novias… Más tarde, sesudas disquisiciones acerca del sentido de la existencia (sobre todo cuando alguna novia se iba con otro) y no menos retóricas consideraciones sobre el devenir de los asuntos en general, en especial los susceptibles de arreglar el mundo. ¿Quién no ha recorrido ese camino hacia el oficio literario? Todos somos escritores.

Tiza, pluma, bolígrafo, vulgar resto de lápiz, anciano ordenador que me miras desde la vitrina de los recuerdos (era un 286)… Tales fueron las herramientas, y la abundancia de café, alcohol y otras hierbas y esas chicas a las que llamamos «inspiraciones».

Al fin, cuando pasan los años y retorna la soledad, esa soledad que nos abandonó durante la juventud, un buen día te ves reflejado en un escaparate y piensas, podría escribir algo… ¡Sí!, podría escribir algo en serio…

Yo me puse a la tarea a mediados de los años noventa del pasado siglo, y lo primero que parí, tras doce meses de ímprobos esfuerzos, frecuentes tientos a las sustancias que cité e innumerables vueltas adelante y atrás, fue un refrito de cosas anteriores (algunas muy anteriores) al que endosé el circunstancial nombre de Viaje al verano.

Tenía 240 páginas, que entonces me parecieron muchísimas, y contaba (y sigue contando) la historia de una noche de San Juan. ¡Qué orgulloso estaba yo de mi libro!, y durante mucho tiempo mi principal preocupación fue que no se borrara debido a algún accidente inverosímil.

Tras un intento fallido de repetir la operación (es decir, organizar un nuevo refrito con las sobras), me dije, ¿y ahora qué? Se han ido tus amigos, Mariquita, el tío Pepe, Emilio el pasta, los piratas de las gafas de sol… Todos se fueron, allá se quedaron, en las páginas de un libro que se cerró: es preciso abrir otro.

Mi segunda novela (según una idea feliz que tuve uno de aquellos días en que no sabía escribir novelas) iba a tratar de la sicodélica odisea de un astronauta que se queda colgado en una órbita solar, no más de 200 páginas, y a ello me puse con todo ahínco, tarea que me entretuvo algo más de dos años. Al final tenía 900, y el astronauta sólo aparecía hacia la mitad y como un personaje secundario. ¡Eduguá, la negra y el cachalote!, inconfundibles seres de una fábula moderna y larguísima, coparon todo el espacio dedicado a expresarme, y todos hablaron en primera persona…

Con la tercera me volvió a suceder lo mismo (¡qué tiempos aquellos!), y es que una vez que hubimos sobrepasado el siglo y el milenio, una vez que hube acabado la redacción de aquel cuento ingente al que llamé Europa barroca, de nuevo me dije, y ahora, ¿qué?

Entonces nació Crucita y yo, lo que había de ser una novela costumbrista, galdosiana (por decirlo así), una novela cruda y muy actual. Aparecía una chica que desde el mismo limbo de los años sesenta conseguía asentarse en este planeta, y en sus más altas esferas… Baldío intento, como los anteriores. El resultado fue un monumental relato de 700 páginas, que, eso sí, conservó (y sigue conservando) el mismo título, y como era muy largo lo partí en dos, y de allí nacieron La efímera vida de Nastasia, polifacética muchacha de la Ínsula Barataria que murió joven y Crucita y yo.

¡Pues no hemos dicho nada…! Estamos hablando de 1800 páginas de texto, a razón de 350 (por término medio) palabras por página. En definitiva, una locura.

Aquello lo acabé mediado el 2003 (tengo motivos para recordarlo), pero antes de llevarlo a su término ya sabía cómo iba a continuar mi existencia: con la narración de la vida de un personaje tan peculiar como Juan Evangelista, niño diablo, hijo del cometa y lobo solitario. Desde entonces…, aquí me tienen ustedes, intentado dar fin a la vida de este personaje inacabable, personaje que vivió alguno más de trescientos años…

Pero no se den por convencidos, pues mientras Juan Evangelista campa a sus anchas por la superficie del Universo Mundo (que él dice), puesto que las novelas nunca se escriben de un tirón, aún he tenido tiempo para concluir los Animales y otros fenómenos eléctricos, aquella narración que intenté infructuosamente llevar a buen puerto tras el Viaje al verano y tuve que dejar bailando debido a mis limitaciones. ¡Cinco o seis años después!

Aunque lo que digo tampoco es todo ni lo último que sucedió. ¿Quieren creerse que durante el verano de 2005, debido a la colisión con una nube de cervezas y otras sustancias, me saqué de la manga lo que al final iba a conocerse como Las estaciones? Pues créanselo, y si no, peor para quien esto lee.

*        *         *

Aquí me tienen. Nos contempla Juan Evangelista y sus trescientos años (Edad de las tinieblas, Siglo de las luces y lo que está por llegar, que no será parvo) pidiendo paso. También Hannah la marciana y los mutantes de Cita en la llanura (un western futurista) descontentos de su suerte, y yo mismo –o mi otro yo–, que desde el lado contrario del espejo me grita, «la labor comercial, la labor comercial…».

*        *        *

Nunca oí tanta música…

(ni mejor música, a lo que muchos contribuyeron, aunque citaré tan sólo al gran amigo de todas las personas, Johann Sebastian Bach)

… como durante los años que ha durado esta etapa de escritor, y a ello estoy agradecido. El imbuirte de músicas reestructura la cabeza de una forma que resulta muy difícil de explicar. Deberíais hacer la prueba alguna vez, aunque, eso sí, hay que ser muy constante y porfiado. Es media vida, o una vida entera.

Saludos de Camargo Rain.

 

 

*        *        *

 

Nota final: lo anterior lo escribí para un blog, probablemente hacia el principio de 2006, es decir, hace ya cinco años. Por pura casualidad lo he encontrado en donde menos lo esperaba, y aunque durante estos cinco años han sucedido muchas cosas (literarias y de las otras), no me ha parecido mal traerlo de nuevo a colación por si alguien se siente retratado o deriva en enseñanza para quienes quieran tomar nota. De paso os dejo un par de enlaces que os llevan a explicaciones de parecido tenor:

 

Mis novelas en cinemascope y technicolor

Cómo escribí diez novelas en diez años

 

 

Publicado 11 diciembre, 2010 por Camargo Rain en Libros

Etiquetado con , , , ,

Verdadera forma de hacer cocido madrileño   Leave a comment

Se toma una cazuela de suficiente cabida (una cazuela grande, más plana que alta, y con tapa) y se echan cuatro litros de agua. Se hace cocer y se añade cuarto kilo de carne de vaca, hueso salado, un trozo de jamón y un cuarto de gallina, tocino de cerdo y lo que se desee, rabo, manos de cerdo, etc. Cuando cuece se espuma mucho, y una vez espumado se añade una cebolla picada y bastante ajo picado. Se tapa, se pone el fuego al mínimo y se tiene cociendo hora y media.
Al cabo de este tiempo se le añade medio kilo de garbanzos remojados durante doce horas; un par de chorizos variados; un nabo, un par de zanahorias enteras y lo que usted considere más oportuno; un puerro en trozos, por ejemplo, o una perdiz. Se espuma y se mantiene a fuego lento hora y media más.
Se añade un cuarto de repollo picado, dos patatas y una morcilla del tipo que sea –aunque mejor asturiana–, y se deja otra hora, al cabo de la cuál la carne habrá cocido cuatro horas, los garbanzos dos y media, el repollo una, etc., de forma que todo estará hecho de sobra.
Se deja reposar lo que se pueda, una hora mínimo, y se puede comer, sacando el caldo para la sopa y sirviendo lo demás en fuentes, aunque está mejor al día siguiente.

Publicado 5 noviembre, 2010 por Camargo Rain en Alimentos y bebidas

Etiquetado con , ,

Fotógrafo de bodas   Leave a comment

El personaje (ficticio, por supuesto) de Camargo Rain, aporreador de teclados (el del piano y este del ordenador), así como escritor de novelas y cuentos chinos y cuya nulidad literaria ha quedado de sobra evidenciadas en este y otros blogs, no es baraja de un solo palo, sino que al modo del doctor Jekyll y míster Hyde presenta varias vertientes. Por ejemplo, la de fotógrafo.

Pues sí, que ese ha sido uno de sus principales oficios y para el cual utiliza el nombre (asimismo ficticio) de Ramón López-Alonso. Y dado que Camargo Rain, o sea, Ramón López-Alonso, tiene galería fotográfica en internet y muestras sin fin, os dejo aquí el enlace, que es seguro que interesará a aquellos a los que les gusta la fotografía, que son abundantes en este planeta nuestro. La dirección de marras es:

Ramón López-Alonso, fotógrafo

Sardinas a la brasa o rebozadas   Leave a comment

Las sardinas, pescado barato, de propiedades medicinales y muy apreciado en verano, se hacen a la brasa enteras, tal cual…



… pero también se pueden comprar más pequeñas, limpiarlas, abrirlas, desespinarlas (o no, pues no es estrictamente necesario; eso va en gustos); pasar luego por harina los filetes resultantes y freírlos hasta que queden dorados, como si fueran bocartes. El resultado es más o menos el de la foto, y le gusta a todo el mundo.

Publicado 3 septiembre, 2010 por Camargo Rain en Alimentos y bebidas

Etiquetado con , ,

Nueva página de recetas de cocina   1 comment


Portada del libro que se menciona más abajo

 

He colocado en internet una nueva página de recetas de cocina, esta ya algo sistematizada. La cosa está dividida en los siguientes capítulos:

1-Caldos, salsas y aliños

2-Ensaladas

3-Sopas frías

4-Sopas calientes y purés

5-Pastas y empanadas

6-Cocidos y potes de legumbres

7-Verduras

8-Patatas

9-Arroces

10-Huevos

11-Pescados

12-Carnes

13-Postres

14-Fantasías


y si queréis verla, no tenéis más que ir a esta dirección:


La cocina española de siempre

 

Tiene bastantes fotos, para que se vea cómo es la cosa, e imagino que iré añadiendo otras (fotos y recetas) según vayan surgiendo las ocasiones.

Todo esto deriva de mi libro de cocina, o sea, la colección de recetas que utilizo, que ha ido aumentando con el tiempo, como es lógico, y se puede conseguir editado como libro de bolsillo en la siguiente dirección:


Mi libro de cocina


El que lo quiera que se meta ahí y pague (una miseria, por si alguien quiere saberlo), y luego espere un par de semanas, sobre poco más o menos, a que se lo envíen por correo dentro de un sobre. Es un libro interesante para los que no saben mucho de estos asuntos y quieran ir enterándose de cómo va este rollo de la alimentación, cuestión bastante importante, puesto que es de lo que estamos construidos.

Salmorejo   Leave a comment



Es una especie de gazpacho que se toma frío y se hace por la parte de Córdoba y otras comarcas de Andalucía.

El salmorejo no es sino ajo, pan y tomate, todo triturado y hecho una pasta –para lo que se puede utilizar la túrmix o la minipimer, aunque lo auténtico sería hacerlo en el mortero y dejarlo bastante pastoso– y añadido al final de agua, aceite, sal y vinagre.


Debe quedar bastante espeso, y no casi líquido como el gazpacho, aunque se puede aclarar a gusto del consumidor. (Véase la foto, en la que, en mi opinión, está excesivamente claro).

Las proporciones son las que cada cual estime convenientes, pero debe llevar suficiente tomate, y con el ajo no hay que cortarse ni tener miedo de parecer villano, pues debe reconocerse su sabor al instante; pan duro y desmigado tampoco debe faltar, que le da muy buena trabazón. Aceite (del mejor) debe asimismo añadirse en cantidad, y si uno se queda corto de sal y vinagre no sucede nada, pero eso va en gustos y lo suyo es probarlo cuando esté hecho para ver qué sobra o qué necesita.

(De todas formas, pongo unas indicaciones: para un kilo de tomates, media docena de dientes de ajo; cinco o seis curruscos de pan duro; 100 cc de aceite, 30 de vinagre, un pellizco de sal y 200 cc de agua. Se coloca todo en el vaso de la túrmix y se bate durante tres o cuatro minutos, o hasta que esté hecho una pasta. Una vez comprobado el punto de sabor y fluidez, se pasa a un cuenco de
cristal y se mete en la nevera a que enfríe).

Hay quien utiliza los mismos ingredientes que para el gazpacho, o sea, lo dicho más cebolla, pepino y pimiento –o sólo alguno de ellos–, pero eso sería un salmorejo sui géneris, de los que hay muchos.

Si ustedes se fijan, resulta que el gazpacho, la pipirrana y el pisto son, en principio, la misma cosa; es decir, llevan casi los mismos ingredientes, aunque difieran por completo en su consistencia y aspecto finales. El salmorejo, en ese sentido, no es sino un caso particular del gazpacho.

También podría añadir que a la hora de servirlo se espolvorea por encima algo de jamón y huevo duro, todo muy picado, y se riega con unos chorritos (o gotas) de aceite del mejor. Resulta de lo más vistoso, y es lo que hacen en Córdoba. En tal caso, queda así:

Publicado 8 junio, 2010 por Camargo Rain en Alimentos y bebidas

Etiquetado con , , , , ,